La fascinante historia de los templos de Kalabsha, Beit el-Wali y Kertassi de Egipto
Foto: Yéssica Salazar
¿Sabías que no todas las maravillas del antiguo Egipto permanecen en su emplazamiento original? Estas tres joyas nubias fueron salvadas de las aguas del Nilo por especialistas de diferentes partes del mundo. Actualmente, ofrecen una ventana única a la fe, el poder y la ingeniosidad del Egipto faraónico y romano.
Mientras la mayoría de los viajeros se dirigen directamente a los imponentes templos de Abu Simbel, existe un trío de monumentos igualmente cautivadores, y con una historia de supervivencia propia, que aguardan al sur de Asuán.
Los templos de Kalabsha, Beit el-Wali y el Kiosco de Kertassi no solo son arquitectónicamente impresionantes, sino que sus destinos están intrínsecamente ligados a uno de los mayores proyectos de ingeniería del siglo XX: la construcción de la Presa Alta de Asuán.
Foto: Yéssica Salazar
¿Dónde se encuentran estas maravillas?
Estas gemas arquitectónicas se ubican actualmente en la orilla oeste del lago Nasser, a pocos kilómetros al sur de la Presa Alta de Asuán, en la región de la antigua Nubia.
Su reubicación fue parte de la masiva campaña internacional de salvamento de monumentos lanzada por la UNESCO en la década de 1960, una hazaña que evitó que fueran engullidos para siempre por las crecientes aguas del embalse.
Foto: Yéssica Salazar
Su preservación
Si te has aventurado a Asuán, ya sea en un crucero por el Nilo o alojado en un hotel, la visita a estos templos es una excursión imprescindible y relativamente sencilla.
Imagina esto: a primera hora de la mañana, mientras el sol de Nubia comienza a calentar el aire, un vehículo te recogerá en tu barco u hotel. La ruta te llevará hacia el sur, recorriendo unos 20 kilómetros hasta la imponente Presa Alta de Asuán. Este monumento a la ingeniería moderna, crucial para el control del Nilo y la generación de energía, es el telón de fondo de la increíble historia de estos templos.
La Ruta de los Tres Templos:
El Templo de Kalabsha: Un Homenaje al Dios Sol Nubio
Tu primera parada será el majestuoso Templo de Kalabsha, dedicado a Mandulis, el dios del sol de la Baja Nubia. Con unas impresionantes dimensiones de 76 metros de largo por 22 de ancho, este templo fue construido durante la época romana, alrededor del año 30 a.C., por el emperador Augusto.
Es uno de los templos más grandes y mejor conservados de Nubia que fueron reubicados. Al igual que Abu Simbel, Kalabsha fue desmantelado y reconstruido piedra a piedra en su ubicación actual. Su traslado, realizado por un equipo alemán, es un testimonio de la dedicación internacional a la preservación del patrimonio.
Las escenas en sus muros son una fascinante mezcla de estilos egipcio y romano, y su ubicación actual, con vistas al vasto lago Nasser, le confiere una atmósfera de serena majestuosidad.
Beit el-Wali: La Potencia de Ramsés II Grabada en Piedra
La siguiente joya que descubrirás es Beit el-Wali, un pequeño pero significativo templo rupestre de la época del faraón Ramsés II, uno de los constructores más prolíficos de la historia egipcia.
Excavado directamente en la roca, este templo está dedicado a Amón-Ra, el dios supremo del panteón egipcio. Su patio, intrincadamente decorado, te sumerge directamente en las campañas militares de Ramsés II. Aquí verás representaciones vívidas de sus victorias contra los libios, asiáticos, etíopes y el pueblo de Kush, ofreciendo una perspectiva única de la propaganda real y la visión del mundo del faraón. Este templo también fue trasladado en su totalidad, preservando cada detalle de sus relieves.
El Kiosco de Kertassi: Elegancia Dedicada a Isis y Hathor
Tu última parada es el elegante Kiosco de Kertassi. Este pequeño pero encantador pórtico o quiosco, dedicado a la poderosa diosa Isis, es un ejemplo exquisito de la arquitectura de templos egipcios tardíos.
Su entrada principal está flanqueada por dos esbeltas columnas rematadas por la cabeza de la diosa Hathor, su característica melena y orejas bovinas inconfundibles.
Al igual que sus compañeros, el Kiosco de Kertassi fue cuidadosamente desmantelado y reensamblado en su sitio actual, garantizando que su belleza atemporal siguiera siendo admirada por las generaciones futuras.
Foto: Yéssica Salazar
Datos interesantes que te sorprenderán:
La Operación de Rescate: La reubicación de estos templos fue parte de una gigantesca operación internacional coordinada por la UNESCO. Se estima que costó cientos de millones de dólares (de la época) y requirió la participación de egiptólogos, ingenieros y miles de trabajadores de todo el mundo.
Piezas de un Puzzle Gigante: Cada templo fue cortado en bloques numerados, a veces de varias toneladas de peso, para ser transportados y reconstruidos con una precisión milimétrica. Imagina el desafío logístico y arqueológico.
Mandulis, el Dios Olvidado: El Templo de Kalabsha es uno de los pocos templos dedicados a Mandulis, una deidad nubia local, lo que resalta la rica interacción cultural entre Egipto y Nubia a lo largo de la historia.
Ramsés II, el Maestro de la Propaganda: Las escenas militares de Beit el-Wali no solo son arte, sino también propaganda política. Ramsés II era conocido por inmortalizar sus hazañas (reales o embellecidas) en los muros de sus templos.
Esta fascinante visita, que suele durar aproximadamente cuatro horas, te ofrece no solo la oportunidad de admirar la grandiosidad de la arquitectura antigua, sino también de reflexionar sobre la increíble determinación humana para preservar el patrimonio cultural frente a las fuerzas de la naturaleza y el progreso.
Los templos de Kalabsha, Beit el-Wali y Kertassi son verdaderos supervivientes, testigos silenciosos de milenios de historia y un recordatorio inspirador de lo que se puede lograr cuando el mundo se une por una causa común. No te los pierdas.