Aceite de oliva español en el punto de mira: Trump amenaza con aranceles a un producto clave en EE. UU.

La nueva ofensiva arancelaria de Donald Trump pone en riesgo la exportación de aceite de oliva, del que Estados Unidos depende en un 35 % de España.

El aceite de oliva, joya gastronómica española y pilar de la dieta mediterránea, se enfrenta a un nuevo desafío en el mercado internacional. Las amenazas del expresidente estadounidense Donald Trump de imponer aranceles adicionales a las exportaciones españolas podrían encarecer un producto del que Estados Unidos es altamente dependiente.

El país norteamericano, segundo mayor consumidor mundial de aceite de oliva tras España, alcanza las 398.000 toneladas anuales, el 13 % del consumo global. Su producción local apenas roza las 16.000 toneladas, lo que obliga a importar masivamente, con España como principal proveedor. Solo en 2024, las exportaciones españolas de este producto superaron las 113.000 toneladas por un valor de 1.013 millones de euros.

El sector teme que un incremento arancelario reduzca la competitividad del aceite español frente a competidores como Italia, Grecia o Túnez, en un momento en que el consumo en EE. UU. sigue impulsado por la búsqueda de productos saludables. Para productores y empresarios, la amenaza no es menor: “Este sector es un veterano de la guerra arancelaria; ahora la incertidumbre es total”, señalan representantes del gremio.

Por qué el aceite de oliva español es tan apreciado
España lidera la producción mundial gracias a su clima mediterráneo, con inviernos suaves y veranos largos que favorecen el cultivo del olivo. Regiones como Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha producen aceites con Denominación de Origen, donde variedades como Picual, Arbequina y Hojiblanca destacan por su sabor, aroma y alto contenido en antioxidantes naturales. El aceite español no solo es versátil en la cocina, sino que es reconocido por su estabilidad y calidad nutricional.

Cómo reconocer un buen aceite de oliva virgen extra
Un aceite de oliva virgen extra de calidad presenta un aroma limpio y fresco, con notas que recuerdan a hierba recién cortada, almendra o tomate. Su sabor debe ser equilibrado entre frutado, amargo y picante, sin defectos ni sabores rancios. El color puede variar del verde intenso al dorado, pero no es el factor decisivo: la clave está en su frescura y su acidez, que debe ser inferior a 0,8 %. Siempre conviene buscar etiquetas que indiquen su origen y fecha de cosecha para garantizar que se trata de un producto reciente.

La medida arancelaria, de aplicarse, afectaría también a otros productos emblemáticos como el vino, la cerámica o los componentes de automoción, poniendo en juego hasta 18.000 millones de euros en exportaciones españolas. Mientras tanto, el aceite de oliva sigue siendo embajador de la cultura gastronómica española en las cocinas estadounidenses, pero su futuro inmediato en ese mercado dependerá de la próxima jugada comercial desde Washington.

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