Vitamina D: el sol no siempre es suficiente, y lo que nadie te contó
¿Sabías que un estudio reveló que el 40% de los europeos tiene déficit de vitamina D, pese a vivir en un continente con sol abundante? Más allá de la salud ósea, esta vitamina es clave para el sistema inmunológico y podría ser decisiva en la prevención de enfermedades autoinmunes.
La vitamina D siempre ha estado asociada a la salud de los huesos, pero la ciencia moderna ha demostrado que su función va mucho más allá. Actúa como un regulador del sistema inmunológico, reduce el riesgo de infecciones y juega un papel esencial en la prevención de enfermedades autoinmunes.
Un dato revelador: según la investigadora austríaca Karin Amrein, el 40% de la población europea presenta déficit de vitamina D. La causa está en nuestros hábitos de vida: menos tiempo al aire libre, uso de pantallas y la fotoprotección solar que limita la síntesis cutánea de esta vitamina.
¿De dónde obtenemos vitamina D?
Alimentos: pescados grasos, huevos, leche y cereales fortificados.
Exposición solar: la fuente más importante. Bastan 15 minutos diarios con SPF 15-30 en personas caucásicas, y unos 30 minutos en ancianos o personas con osteoporosis.
Pero cuando el sol se esconde o la exposición es limitada, los suplementos entran en juego… y aquí empieza el debate.
El debate sobre cuál vitamina D es mejor, la D2 o la D3
Un metaanálisis liderado por la nutricionista Emily Brown (Universidad de Surrey, Reino Unido) analizó 11 ensayos clínicos con más de 600 participantes. El hallazgo fue sorprendente: los suplementos de vitamina D2 pueden reducir los niveles de D3 en el organismo.
Hasta ahora se creía que ambas versiones eran equivalentes, pero la investigación sugiere que la D3 resulta más eficaz para mantener reservas estables en sangre y apoyar el sistema inmune.
La controversia sigue abierta, pero los expertos advierten: no se debe suplementar sin control médico, ya que el exceso de vitamina D puede ser tóxico.
Cremas solares y vitamina D: ¿enemigas o aliadas?
Un estudio del Hospital Bispebjerg en Copenhague mostró que cuanto más gruesa es la capa de fotoprotector, menor es la síntesis de vitamina D tras la exposición UVB. Sin embargo, en la vida real pocas personas aplican la cantidad exacta de crema recomendada.
De esta manera, el uso habitual de protección solar no impide mantener niveles adecuados de vitamina D, siempre que se combine con una exposición responsable en momentos de baja radiación UV.
Vitamina D y enfermedades autoinmunes
El interés científico más reciente apunta a su papel en la prevención de enfermedades autoinmunes. Un ensayo con 25.000 adultos mayores demostró que la suplementación con vitamina D redujo en un 22% la aparición de patologías autoinmunes, como la artritis reumatoide o el hipotiroidismo de Hashimoto.
La combinación con omega 3 aumentó aún más la protección, lo que abre la puerta a nuevas recomendaciones médicas.
Viajeros y vitamina D: un recordatorio útil
Quienes viajan con frecuencia deben prestar atención a sus niveles de vitamina D, ya que los cambios de estación, climas fríos o largas horas en aeropuertos y oficinas pueden agravar el déficit. Mantener un equilibrio entre exposición solar responsable, alimentación variada y, cuando sea necesario, suplementación supervisada, es la clave.
La vitamina D deja de ser “la vitamina de los huesos” para convertirse en una aliada integral de la salud y el bienestar.