El fenómeno de las tormentas secas: rayos sin lluvia que disparan incendios en España
España enfrenta esta semana temperaturas extremas que superan los 44 °C y una serie de incendios forestales agravados por las llamadas tormentas secas, un fenómeno climático que multiplica el riesgo en zonas áridas.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) emitió esta semana un aviso rojo de peligro extremo en Sevilla y Córdoba, donde se han registrado picos de hasta 44 °C. Según el organismo, las altas temperaturas persistirán hasta inicios de la próxima semana, con valores que en gran parte del país oscilarán entre 40 °C y 42 °C.
El calor, sumado a la escasez de lluvias, ha generado las condiciones perfectas para que los incendios forestales se propaguen con rapidez. Uno de los más complejos se registró en Tres Cantos, a las afueras de Madrid, donde los equipos de bomberos lucharon contra las llamas en medio de fuertes vientos y terreno seco.
El enemigo invisible: las tormentas secas
Uno de los factores que más preocupa a los meteorólogos es la aparición de tormentas secas. A diferencia de una tormenta convencional, en este fenómeno la lluvia se evapora antes de tocar el suelo debido al aire caliente y seco de la superficie. Sin embargo, los rayos sí alcanzan la tierra, impactando sobre una vegetación deshidratada que se convierte en combustible natural para el fuego.
“Si el clima ha sido cálido y seco durante un período prolongado, una lluvia ligera no basta para frenar la ignición por rayos”, explica la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE. UU.. Estos llamados relámpagos secos suelen ocurrir cuando la precipitación es inferior a 2,5 mm, es decir, menos de un litro de agua por metro cuadrado.
El resultado son incendios en múltiples puntos de difícil acceso, mucho más complicados de controlar que los provocados por la acción humana.
Impacto en los viajes y turismo
El fenómeno afecta también al turismo, especialmente en destinos del sur como Andalucía, donde se concentran ciudades históricas como Sevilla, Córdoba y Granada. Aunque los viajes continúan, las autoridades recomiendan extremar precauciones:
Evitar excursiones al aire libre en las horas centrales del día.
Llevar agua y protección solar en todo momento.
Informarse sobre incendios activos antes de realizar rutas de senderismo o visitas a parques naturales.
La ola de calor también tiene un efecto en la movilidad aérea: aeropuertos de España y otras partes de Europa han advertido sobre posibles retrasos, especialmente en vuelos cortos.
Una Europa cada vez más vulnerable
España no es el único país afectado. Grecia, Italia y Portugal también han reportado incendios masivos en verano recientes, muchos vinculados al mismo patrón de calor extremo y tormentas secas. Los expertos señalan que este fenómeno será cada vez más habitual debido al cambio climático, que intensifica los periodos de sequía y eleva el riesgo de ignición natural.
La actual ola de calor en España es un recordatorio de la vulnerabilidad de Europa ante los fenómenos climáticos extremos. Con temperaturas que superan los 40 °C, incendios que se expanden con rapidez y tormentas secas que multiplican el peligro, viajar en verano exige no solo disfrutar del destino, sino también ser consciente de los riesgos ambientales que forman parte del paisaje.