Crisis climática global: mientras Europa se derrite, Argentina y Chile se congelan bajo cero
El verano europeo ha mostrado su cara más despiadada: olas de calor extremo, alertas rojas, tormentas violentas y al menos una decena de muertos entre España, Francia e Italia. En paralelo, mientras los termómetros del norte superan los 40 grados, el sur del planeta enfrenta una ola polar sin precedentes, con registros de hasta -17 °C en la Patagonia.
En Francia, el gobierno confirmó al menos dos muertes por el calor. París, en alerta naranja, prevé máximas de hasta 34 °C, mientras que el centro del país permanece bajo alerta roja. Más de 300 personas han recibido atención médica de urgencia por síntomas relacionados con el calor sofocante.
En Italia, el colapso del sistema sanitario llevó al Ministerio de Trabajo a firmar un nuevo protocolo para proteger a los trabajadores. Se reorganizan horarios y se prohíben actividades al aire libre en las horas más calurosas. La tragedia ya es palpable: un camionero fue hallado muerto en su vehículo y un obrero falleció construyendo una escuela bajo el sol abrasador.
España no se queda atrás: once comunidades están en alerta por calor, con máximas de 43 °C en Andalucía. Una trabajadora de limpieza en Barcelona, un niño de dos años en Tarragona y otros casos en otras comunidades murieron en circunstancias relacionadas con las temperaturas extremas.
Mientras tanto, en Alemania, las estaciones de metro y las iglesias se han convertido en refugios improvisados para escapar de los 40 °C. Berlín, que suele ser epicentro turístico, ofrece ahora la sombra subterránea de Brandenburger Tor como alivio para turistas y locales.
Los Balcanes también están en ascuas, con previsiones de hasta 42 °C, mientras que medios de Macedonia del Norte ya han bautizado esta ola como “el calor español”.
En el otro extremo: Sudamérica se congela
Mientras Europa arde, Argentina y Chile viven el contraste brutal: un invierno tan extremo que ya se cancelaron las clases en al menos cinco provincias argentinas. Universidades como la UNCUYO cerraron por las intensas nevadas y la imposibilidad de circular en muchas regiones. En zonas como la Patagonia se superaron los -17 °C, registrando algunas de las temperaturas más bajas del planeta, fuera de la Antártida.
La ola polar, que afecta a unas 13 provincias, no solo pone a prueba la infraestructura del país, sino que también subraya una realidad inquietante: Chile y Argentina son, en invierno, los lugares más fríos del hemisferio sur, según explican expertos en climatología.
¿Por qué se da este fenómeno? El debilitamiento del vórtice polar antártico permite que masas de aire gélido desciendan hacia zonas más pobladas, como el centro y sur de Argentina. Este fenómeno, aunque natural, se ha intensificado en frecuencia y severidad por el cambio climático, con alteraciones en las corrientes en chorro que antes actuaban como barreras climáticas.
Un planeta, dos extremos: ¿turismo en tiempos de extremos climáticos?
El viajero actual ya no solo debe consultar la mejor temporada para ir de vacaciones. Hoy, planificar un viaje requiere seguir de cerca las alertas climáticas. El contraste entre hemisferios revela no solo una variabilidad estacional, sino un desequilibrio global cada vez más impredecible.
En un mismo mes, puedes morir por insolación visitando monumentos en Roma o quedar atrapado por una nevada en Mendoza. Los expertos advierten que estos fenómenos no son aislados, sino parte de un patrón climático que tiende a ser más extremo y frecuente.
Así que si vas a viajar este verano —o este invierno, dependiendo del hemisferio— prepárate para los extremos. El mundo ya no conoce estaciones templadas: ahora, es todo o nada.