Ocho destinos para los amantes del café

¿Sabías que la calidad de un café depende tanto de su tierra como de la altitud en la que crece? Ocho destinos del mundo han convertido este grano en patrimonio cultural y atractivo turístico.

El café tiene un origen ancestral que se remonta al siglo IX en Etiopía, donde según la leyenda un pastor descubrió sus efectos energizantes al ver a sus cabras más activas tras comer los frutos rojos del cafeto. De allí viajó al mundo árabe, donde se consolidó como bebida ritual en la península arábiga. Su expansión hacia Europa en el siglo XVII lo transformó en un símbolo de socialización y creatividad, impulsando la apertura de las primeras cafeterías en ciudades como Venecia, Viena y Londres.

Hoy, el café es la segunda bebida más consumida en el mundo después del agua, y su importancia trasciende lo gastronómico. Representa el sustento de millones de familias en más de 70 países productores y es uno de los motores del turismo cultural y gastronómico. Viajar para conocer fincas cafetaleras, recorrer plantaciones de altura y degustar cafés de origen se ha convertido en tendencia entre los viajeros que buscan experiencias auténticas.

¿Qué hace bueno a un café?

La calidad del café depende de una serie de factores naturales y humanos. La tierra volcánica rica en minerales, las lluvias abundantes, los suelos fértiles y una altitud superior a los 1.200 metros son las condiciones ideales para cultivar granos de alta calidad. A esto se suma la mano experta de los caficultores y los métodos de recolección y tostado, que determinan el aroma, cuerpo y acidez de cada taza.

Un buen café se distingue por su equilibrio: debe tener un aroma complejo, un sabor definido y una textura suave al paladar.

Los 8 destinos imprescindibles para el café

1. Colombia

Con sus montañas andinas y un clima perfecto, Colombia es sinónimo de café suave y equilibrado. La región del Eje Cafetero, declarada Patrimonio de la Humanidad, ofrece fincas abiertas al turismo, rutas del café y degustaciones que conquistan a viajeros de todo el mundo.

2. Etiopía

Cuna del café arábica, Etiopía ofrece granos de sabores florales y frutales únicos. En lugares como Sidamo o Yirgacheffe, los visitantes descubren una cultura cafetera que va más allá de la bebida: aquí el café es ceremonia, tradición y convivencia.

3. Brasil

Es el mayor productor del mundo y sus plantaciones cubren un tercio del mercado global. Aunque su producción es masiva en Brasil, regiones como Minas Gerais destacan por cafés con notas achocolatadas y cuerpo intenso, ideales para quienes disfrutan de un sabor más fuerte.

4. Costa Rica

El café costarricense es reconocido por su acidez brillante y sabor afrutado. El país ha sabido convertirlo en una experiencia turística: desde visitar plantaciones en el Valle Central hasta recorrer la Ruta del Café, donde se aprende desde la cosecha hasta la taza.

5. Jamaica

Famoso por su exclusivo café Blue Mountain, uno de los más caros del mundo, cultivado en un entorno húmedo y fresco. Sus granos destacan por un sabor suave y sin amargor, lo que lo convierte en un lujo para los paladares más exigentes.

6. Vietnam

El segundo mayor productor del mundo sorprende con su café robusta y sus preparaciones únicas como el cà phê sữa đá (café helado con leche condensada). Los cafés en Vietnam son intensos y fuertes, con un toque cultural que atrae a miles de viajeros curiosos.

7. Italia

Aunque no es productor, Italia es la cuna del espresso y el cappuccino. En Roma, Nápoles o Milán, el café es ritual social y arte, con bares que preservan el auténtico estilo italiano de preparar esta bebida.

8. Turquía

El café turco, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, es símbolo de hospitalidad. Servido en pequeñas tazas, se prepara molido muy fino y con un método tradicional que lo hace intenso y con poso. Beberlo en Estambul es un viaje cultural en sí mismo.

Foto: Yéssica Salazar / Estambul

Más allá de su sabor, el café es un atractivo turístico. Las rutas cafeteras, los festivales internacionales y las experiencias de degustación han convertido a estos destinos en epicentros de viajeros. Conectar con la cultura cafetera es descubrir el alma de cada país, sus tradiciones y su relación con la tierra.

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